Reflexoterápia

La planta del pie, y el pie en su conjunto, representa de forma esquemática la totalidad del cuerpo y sus órganos. Hace 4000 años, en la antigua China se observó que el masaje no solo influía en la parte del cuerpo donde se aplicaba, sino que había una influencia a nivel reflejo sobre áreas corporales y órganos muy distantes. Esta observación fue la base del nacimiento de una nueva terapia manual: la reflexología.

Sin embargo, la reflexología con base científica se gestó en el s.XIX. El doctor Fitzgerald, basándose en conocimientos anatómicos, desarrolló una teoría en la que definía que el cuerpo está recorrido longitudinalmente por 10 líneas energéticas, comparables a los meridianos de acupuntura, cuyo recorrido va desde las puntas de los dedos de los pies hasta la cabeza. A su vez, estas líneas son divididas en 3 tramos transversales, permitiéndonos establecer la posición del cuerpo y órganos en los pies.

Este concepto fue ampliado por la masajista Eunice Ingman, quien desarrolló mapas de los pies y técnicas de tratamiento
especiales para cada zona refleja.

La reflexología apunta a equilibrar el funcionamiento de cada órgano, y por lo tanto de cada sistema, dando por entendido que el correcto funcionamiento de los sistemas comprenden el estado de salud, siendo la enfermedad una desarmonía en alguno de los planos: energético, mental, emocional o físico.

Como toda terapia complementaria, la reflexología tiene en cuenta todos los aspectos del ser, brindando una mejor canalización de la energía a todos los niveles. Se trata de una técnica que tiene en cuenta a la personas como un ser completo y en la que, a través de masajes sobre puntos reflejos determinados, se destapan los canales, restaurando el flujo energético y calmando cualquier dolor. Asimismo, se consigue restablecer cualquier disfunción, por no hablar del gran efecto tranquilizante que produce, ya que al estimular los puntos que corresponden al cerebro se segregan endorfinas.

Son múltiples los beneficios de la reflexología: es relajante, reduce el estrés, mejora la circulación, permite la liberación de
toxinas, equilibra los distintos sistemas, revitaliza la energía, actúa de forma preventiva, ayuda a mejorar el estado psíquico, y es gratificante tanto para quien lo da como para quien lo recibe.